Ser mamá o papá es un viaje lleno de descubrimientos, y uno de esos momentos clave es cuando tu bebé comienza a experimentar la famosa ansiedad por separación. Ese momento bautizado como «mamitis» y que si no lo sabes de antes, nos coge por sorpresa y agobia pensando incluso que el bebé puede tener un problema.
Y es que, si has notado que tu peque se despierta más por las noches, busca más contacto o se inquieta cuando no estás cerca o incluso llora sin consuelo cuando te vas a la habitación de al lado, puede que esta etapa esté haciendo de las suyas. Pero no te preocupes, es algo totalmente normal y pasajero.
¿Qué es esto de la ansiedad por separación?
La ansiedad por separación suele aparecer alrededor de los 7 a 9 meses. Es en este momento cuando los bebés empiezan a comprender que mamá y papá existen incluso cuando no pueden verlos. Antes de esta etapa, tu peque probablemente pensaba que si no estabas a la vista, te habías desvanecido en el aire. Ahora, empieza a darse cuenta de que, aunque te alejes, sigues estando en algún lugar, y claro, ¡eso puede ser muy inquietante para ellos!
Esta ansiedad es una parte normal del desarrollo, una señal de que tu bebé está empezando a entender el mundo a su alrededor. Es uno de los hitos de desarrollo más importantes.
¿Cómo afecta al sueño?
Durante esta etapa, el sueño de tu bebé puede volverse más ligero y fragmentado. Puede que se despierte más veces durante la noche y busque tu presencia para sentirse seguro. Es su manera de asegurarse de que todavía estás cerca, y aunque puede ser agotador para ti, es una reacción totalmente natural.
También es posible que las siestas se vuelvan más cortas o que tu peque tenga dificultades para conciliar el sueño sin tu ayuda y te reclame el doble. Esto se debe a que ahora es más consciente de la distancia entre vosotros y necesita esa seguridad extra para relajarse y dormir tranquilamente.
¿Y cómo podemos ayudarle?
Lo primero es armarte de paciencia y recordar que esta es una etapa temporal. Aquí te dejo algunos consejos que pueden hacer que esta fase sea un poco más llevadera:
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Refuerza las rutinas de sueño: Mantén una rutina de sueño constante y tranquila. Saber qué esperar puede dar a tu bebé una sensación de seguridad.
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Aumenta el contacto físico: No dudes en darle un extra de abrazos, mimos y tiempo de mucha presencia durante el día. Esto puede ayudar a reducir su ansiedad al saber que tiene tu atención y cariño.
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Sé predecible: Anuncia tus salidas, incluso si es solo para salir de la habitación. Dile algo como «Mamá va a la cocina y vuelve en un momento». Aunque no entienda cada palabra, tu tono calmado le ayudará a entender que te irás, pero regresarás.
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Despedidas cortas y suaves: Si tienes que dejar a tu peque con alguien más, mantén la despedida corta y dulce. Una larga despedida puede aumentar la ansiedad en lugar de aliviarla.
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Dale tiempo: Tu bebé poco a poco aprenderá que, aunque te vayas, siempre volverás. Es un proceso, pero poco a poco se irá adaptando.
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Juega a juegos para ayudarle: Como el cucú-trás, el escondite, o la caja de permanencia. Estos juegos le ayudan a entender que lo que desaparece, vuelve a aparecer en forma de juego, por lo que quizá podría acortar el tiempo de la «regresión».
Espero que esta información haga que estéis más preparad@s para esta etapa y te ayude a sobrellevarla lo mejor posible.